El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha celebrado este viernes la venta del avión presidencial en su conferencia matutina desde Veracruz. “Era para pequeños faraones acomplejados”, ha dicho el mandatario mientras mostraba en la pantalla las imágenes del lujoso interior de la aeronave, que ha sido vendido al Gobierno de Tayikistán por 1.659 millones de pesos, unos 92 millones de dólares.
El dinero, que ya está en manos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), será utilizado para la construcción de dos hospitales, en Tlapa (Guerrero) y en Tuxtepec (Oaxaca).
“Hay una caminadora. ¿Quién utiliza una caminadora mientras va en un avión?”, decía López Obrador mientras señalaba las fotografías. El aparato contaba también con acabados de mármol, baños y dormitorio presidencial, varios despachos, y asientos de lujo para 84 personas. “Aunque normalmente es para 240 pasajeros”, ha revelado el presidente. La aeronave, por su capacidad de combustible, fue diseñado para realizar viajes largos fuera de México, no para moverse por el interior, así que apenas fue utilizado durante los años que estuvo en operativo.
“Estamos contentos porque se vendió el ostentoso avión presidencial”, ha rematado el presidente. El aparato era un Boeing 787-8 al que habían llamado José María Morelos y Pavón, en referencia a uno de los jefes militares más importante de la Guerra de Independencia de México. “Pero Morelos luchó por la igualdad, decía ‘que se modere la indigencia y la opulencia’”, ha dicho el mandatario en tono irónico. Fue comprado en 2012, el último año del mandato de Felipe Calderón por 7.500 millones de pesos, unos 218 millones de dólares. Él nunca lo llegó a usar. El primero en volar en el avión fue Enrique Peña Nieto (2012-2018).
La diferencia entre el precio de compra y el precio de venta se debe, según el presidente, a varios factores que influyeron en su depreciación. Las primeras evaluaciones que se realizaron después de que se concretara su venta al Gobierno de Tayikistán revelaron que el aparato traía una falla de origen. “Vino desde la fabricación, y por eso bajó el precio”, contaba el presidente esta mañana. Además, el aparato tenía más de 10 años, y eso también afectó al dinero que estaban dispuestos a pagar los compradores.
“Es algo que no se debe repetir, imagínense, con tanta pobreza, un avión así”, reclamaba López Obrador, que después contó que había estado contabilizando el número de horas que se había utilizado en los años que había estado operativo. “70 días se utilizó en total, con los 10 años que tiene, y el mantenimiento es un gasto de millones de pesos”.